En estos días experimentamos un descenso brusco de la temperatura, instalándose una ola de frío en gran parte de la República Argentina. Además de los recaudos que debemos tener para prevenir las enfermedades respiratorias, es importante poner atención en la alimentación y la actividad física.
Generalmente en la época estival, elegimos comidas y alimentos refrescantes y fríos, mientras que en el Invierno solemos recurrir a comidas más consistentes y “suculentas”. Asimismo, cuando el clima se va tornando cada vez más fresco decrecen las motivaciones para salir, es decir, las familias tienden a permanecer dentro de sus casas.
A su vez, con estas bajas temperaturas ambientales, nuestro organismo demanda mayor aporte energético para mantener la temperatura corporal a 37 grados centígrados.
Si bien todos los alimentos son fuente de energía, es importante consumir alimentos cuya fuente sean hidratos de carbono complejos, ya que son considerados como energéticos por excelencia. Dichos nutrientes se encuentran en la naturaleza en alguno de los siguientes alimentos: fideos, panes, harinas, legumbres, entre otros.
Las grasas también aportan energía, pero su consumo debe ser moderado, ya que un alto aporte en la alimentación diaria puede verse reflejado en un aumento del peso corporal del paciente.
Por lo tanto, para mantener un buen estado nutricional es necesario gozar de una dieta balanceada y equilibrada, controlando el consumo de grasas y azúcares.
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Lic. Romina Di Marco.
Licenciada en nutrición.
Colaboradora de Centro Psicológico Compartir
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