Hablemos de qué es el TOC
Las obsesiones son pensamientos que sistemáticamente se manifiestan, y persisten sin que la persona pueda hacer nada para evitarlos, y es precisamente como modo de ponerle fin que aparecen los rituales, que vendrían a calmar la ansiedad y el sufrimiento que éstos pensamientos recurrentes al presentarse producen en la persona, ésta ansiedad se mitiga, se calma con el ritual; pero luego de éste aparece otra vez el pensamiento obsesivo, nuevamente el ritual y así en forma sistemática, e infinita….ÉSTE ES EL SUFRIMIENTO DE QUIEN PADECE DE TOC
Quien sufre de TOC es alguien que padece de un trastorno de ansiedad. El TOC se puede manifestar con obsesiones, y acompañadas éstas de rituales o no (obsesiones y compulsiones).
Tanto las obsesiones como los rituales producen en éstos enfermos un condicionamiento en su vida, toda vez que sus pensamientos están orientados “atrapados” dirigidos y condicionados a ese estímulo” que es el que “dirige” captando la atención del paciente TOC, y éste no es libre de alejar su pensamiento, del mismo, sino que todos sus pensamientos y luego las acciones determinadas por éstos, se verán orientadas la respuesta al contenido de éstos pensamientos, y luego a ceder a la intensa tensión que como resultado de ese ritual consecuente, deberá realizarse para dejar de sentir el impulso intenso que es precisamente el que da vida al ritual, para una vez realizado “actuado” éste, volver nuevamente a ese mismo proceso que no acaba, sino que cada vez se hace más continuo, sistemático, reiterado y no le permite a quien sufre de TOC, vivir su vida, pensar lo que desea, enfocar su atención en aquello que quisiera, sino que todo gira en los procesos del pensamiento que tienen nacimiento y “final?” en la reiteración interminable de los rituales.
Tanto obsesiones del pensamiento como rituales condicionan y determinan su vida y tanto que muchas veces las personas que sufren de TOC tienen otras patologías como resultado de éstas tales como depresión, diversos tipos de fobias tales como fobia social, claustrofobia, agorafobia, etc., sumados a otros inconvenientes que pueden resumirse en la imposibilidad de desarrollar una vida “normal” en el ámbito que sea considerado, tanto en el social, como en el laboral, en el nivel de la formación, etc. Ya he hablado anteriormente de Paola, una paciente que al venir al consultorio tenía 24 años, había pasado desde los 17 años por in numerables profesionales de la salud, tanto de la salud mental como médicos y especialistas también neurólogos, que no pudieron ayudarle a “terminar” como ella decía con esos intrusos de su pensamientos, que habían “tomado su vida” de tal manera así ella lo sentía que la frase que pronunció en respuesta a mi pregunta de por qué venía a verme, dijo - “vengo porque quiero tener una vida propia”-
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