Decimos entonces que en quien padece de hipocondría:
no hay delirio.
no hay simulación.
el paciente está muy preocupado por lo que siente y considera una enfermedad.
ésta preocupación afecta su vida tanto en lo físico, como en lo social y laboral.
Hipocondría: quien la padece es una persona que tiene un muy particular modo de mirar hacia sí, esto lo caracteriza, define y condena, pues es en ésta relación tan estrecha entre su propia conciencia de sí, en la cual la enfermedad tiene un lugar preponderante, y yo diría absolutamente importante, tanto que siempre está haciendo esa búsqueda hacia la enfermedad, que como dije anteriormente no sólo está o debe estar en su cuerpo, sino también en su psiquis, en su emoción, etc.
De todos modos el que padece de hipocondría, es a su cuerpo, a su físico al que atiende en forma permanente, analizando y registrando cualquier molestia, síntoma, o malestar al cual le da absoluta importancia, interpretándolo como una “enfermedad grave”.
Ante la presencia de éstas molestias, síntomas, o sensaciones que le vienen de su cuerpo, que van desde una simple tos, picazón, molestia de la índole que sea, cansancio (luego de haber hecho un esfuerzo no acostumbrado tal vez se sienta agitado o que su corazón late más a aprisa), esto es suficiente para que se dispare en él el mecanismo de pensamiento que rápidamente se transforma en la certeza de una enfermedad.
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