miércoles, 29 de junio de 2011

La Crisis de la Mediana Edad

Aproximadamente entre los 40 y los 50 años es frecuente que aparezca lo que se ha dado en llamar la “crisis de la mediana edad”. En dicho momento se puede intentar escapar de una realidad que no nos gusta, de ahí que los divorcios aumenten. A las mujeres se les agota el tiempo de ser madres y sueñan con bebés.

El reloj biológico señala que el tiempo de la fertilidad se acaba. Se llega a la madurez y aparece la necesidad de evaluar lo que tenemos y lo que queremos, lo que soñábamos en la adolescencia y lo que hemos conseguido en la madurez. Tenemos ante nosotros la segunda mitad de la vida. La primera ya la hemos recorrido. Comenzamos a sentir los límites del tiempo, y esto nos conduce a evaluar lo que hemos hecho y lo que queremos hacer. Según el psicoanalista Erik Erikson, en esta crisis el ser humano necesita aceptarse a sí mismo. Si lo consigue, la segunda mitad de su vida será creativa y placentera; en caso contrario, los problemas le provocarán una neurosis en la que los síntomas de la insatisfacción se llevarán gran parte de sus energías.

Esta crisis de la mediana edad es un proceso a lo largo del cual se produce un conflicto interno que hay que resolver. En este momento de la vida, la persona se enfrenta a sus viejas ilusiones para averiguar qué sucedió con lo que había soñado ser y lo que había imaginado que iba a hacer. ¿Qué síntomas son los más habituales? Los más comunes son: aburrimiento, ansiedad, depresión, aislamiento y una relación de pareja distante o llena de malestar. La crisis de la mediana edad se produce, según explican algunos expertos, porque hay que enfrentarse a la idea de que la muerte es inevitable, lo cual nos hace sentir un poco solos.

También es importante, aunque más no sea a modo informativo, recordar brevemente algunos de los basamentos biológicos en los que se apoyaría esta llamada crisis de la mediada edad. Para ello habremos de mencionar algunas características en el hombre y en la mujer. Respecto a la mujer, podemos decir que el fenómeno biológico que acompaña la crisis en estudio es conocido como menopausia. Aquí aparecen cambios endócrinos. El ovario deja de funcionar normalmente y las hormonas sexuales, sobre todo los estrógenos, decrecen. Fisiológicamente hay atrofia genital que dificulta las relaciones sexuales, inestabilidad vasomotora con sofocos y crisis de sudoración, atrofia de los senos y pérdida de la elasticidad en la piel. A diferencia de la menopausia femenina, que ocurre después de una repentina caída de los niveles de estrógenos, se cree que el cambio entre los hombres se debe a una pérdida gradual de la testosterona, la hormona sexual masculina más potente. En el hombre, a este proceso equivalente al de la menopausia femenina lo llamamos andropausia. La condición puede aparecer en cualquier momento, aunque es más común entre los 45 y 50 años.

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Lic. Daniel A. Fernández – PSICÓLOGO

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