miércoles, 23 de marzo de 2011

24 de Marzo, mi tributo a un DESAPARECIDO

A veces escucho, aunque ya no tanto, frases cómo ¿Pero, cómo pudieron no saber? ¿Cómo pudieron no hacer algo? Cómo fue posible que ocurriera? ¿Cómo los dejaron?

La primera reacción mía fue de “culpa” realmente sentí culpa de no haber hecho “nada” es decir algo para evitar el horror.  Luego con el avance de la vida y con la madurez, sumado a haber conocido porque se fueron haciendo públicos los relatos del horror, supe que no hubiera podido hacer nada, ni yo, ni mi familia completa, ni mi barrio completo, en fin…. Nos hubieran masacrado a todos sin mediar palabra, eso lo supe después.


Cuando digo que en un momento sentí culpa, antes, mucho antes de esto sentí la pérdida, la ausencia, el espacio vacío, el hueco que dejó una persona que fue muy importante en mi vida y por no mucho tiempo, pero el tiempo que estuvo presente sí lo fue, y baya si dejó en mi su huella.

Ésta persona a quien llamaré “Carlos” porque en realidad no recuerdo cómo se llamaba, no por ingratitud, sino porque cuando dejó de estar y llenar ese espacio que ocupaba y de llenarlo de energía, luz y grandeza dejó un gran hueco que exhibía su ausencia; para luego ir aprendiendo que no debía preguntar por él, aunque no entendía bien por qué, pero era evidente que si lo nombraba o preguntaba mi vida estaba en peligro y ahí en primer lugar en forma voluntaria dejé de nombrarlo pero luego con el tiempo me olvidé de su nombre… aunque jamás de lo que su vida dejó en mí como ejemplo.

Lo primero que hice fue preguntar por él cuando no lo vi, y luego de pensar que estaba enfermo, pues como empleados de la Municipalidad de Córdoba que éramos, yo recién ingresada, muy joven e inexperta tanto en mis tareas como en todo lo relacionado con una efectiva función, y con la vida. Él era un hombre que seguramente tenía algunos años más que yo y en su función también hacía muchos años que se desempeñaba.
Al ser yo una empleada sumamente joven y sin muchos conocimientos salvo los de la educación formal, supo brindarme la asistencia y enseñarme el mejor modo posible la óptima manera de realizar mi trabajo sumándole a la calidad y excelencia, también la amabilidad, la cordialidad, el respeto, el servicio, y también el corazón.



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Lic.Cristina Heinzmann
Psicóloga-Terapeuta
Centro Psicológico Compartir
Psicoterapia en Línea
www.centrocompartir.org

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