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martes, 31 de mayo de 2011

Pérdida de realidad en la neurosis y en la psicosis

En un texto de 1924, titulado “La pérdida de la realidad en la neurosis y en la psicosis”, Freud nos alumbra al explicarnos cómo no sólo existe pérdida de realidad en la psicosis sino también en la neurosis. De esta manera, plantea una similitud entre ambas estructuras y expone las principales diferencias. A continuación, procuraré desarrollar de manera comprensible la esencia más rica del valiosísimo texto mencionado.

En principio, podríamos recordar que en la neurosis existe un conflicto entre el Yo y el Ello, donde el Yo está al servicio del Superyo y de la realidad. Y en cambio, la psicosis es un conflicto entre el Yo y el mundo externo, donde el Yo está al servicio del Ello. Planteada esta diferencia fundamental, podemos continuar ahora con nuestro desarrollo.

EN LA NEUROSIS:

En un primer paso: Se da un conflicto entre el yo y el Ello, donde el yo (al servicio de la realidad) va a reprimir una parte del Ello (una moción pulsional) por ser intolerable.

En un segundo paso: Aquí es cuando se da lo patológico en la neurosis. Con el fracaso de la represión, se da el retorno de lo reprimido y la formación sustitutiva (síntoma). La neurosis es el resultado de una represión fracasada.

Y es en este segundo paso cuando se da un aflojamiento del nexo con la realidad. Y la pérdida de realidad se manifiesta con el olvido (amnesia) de ese fragmento de realidad (hecho traumático) debido al cual se produjo la represión de la moción pulsional. Ese hecho traumático fue olvidado en el acto y se produjo la regresión a épocas anteriores más satisfactorias. Es decir que al no poder la libido hallar satisfacción en la realidad (por verse frustrada), buscó satisfacción en la fantasía (la que busca satisfacerse al modo antiguo) y se dio la regresión. Si el yo acepta ese modo de satisfacción antigua en el presente, se da la perversión; si no lo acepta surge la angustia como señal de alarma y se activa la represión. Luego, por el fracaso de la represión, se da el retorno de lo reprimido y así la formación sustitutiva (síntoma). Este síntoma va a ser una formación de compromiso entre la moción pulsional que buscaba satisfacerse y la represión. Y luego el yo continúa luchando contra el síntoma y se da el cuadro patológico de la neurosis. En la neurosis se evita, a modo de huida, un fragmento de la realidad. La neurosis no desmiente la realidad, se limita a no querer saber nada de ella.

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Lic. Daniel A. Fernández
(PSICÓLOGO - PSICOANALISTA)

lunes, 30 de mayo de 2011

La neurosis fóbica

Esta neurosis pertenece al grupo de las “psiconeurosis de transferencia” y fue llamada por Freud “histeria de angustia”. Se caracteriza por la aparición de miedo en relación a determinadas personas, cosas, situaciones o actos. Únicamente cuando el temor que se tiene por un objeto es desproporcionado es que podemos hablar de una fobia.

Y este temor injustificado lleva a la persona a asumir conductas de evitación. El fóbico, básicamente, diferencia lo que hay en el mundo en términos de lo que implica peligro y de lo que implica seguridad. El mecanismo defensivo por excelencia en esta neurosis es el desplazamiento, de ahí que la fobia se desplaza de un objeto a otro con el cual se relaciona el primero y luego de este a otro más y así sucesivamente.

No debe confundirse fobia con temor. Al hablar de fobia, hablamos de un temor desproporcionado respecto del objeto, y donde alcanza tal intensidad que sólo la huida le permite a la persona controlarlo.

¿ Cómo se produce la fobia ?

Como en toda neurosis, ante un representación intolerable para la conciencia, actúa la represión cortando la ligadura entre ese representante y su carga afectiva, es decir que se desocupa la representación (Esto ocurre por ejemplo en el caso Juanito, para quien el deseo hacia el padre es intolerable y debido a esto actúa la represión). Específicamente en la neurosis fóbica la carga afectiva, que nunca puede ser reprimida, se liga a un objeto, el que actúa como formación sustitutiva. Y esta angustia puesta ahora en un objeto, hace de ese objeto el “objeto fobígeno”. Y el síntoma será justamente la fobia hacia ese objeto, síntoma que actuará como contrainvestidura de aquella representación intolerable que se reprimió.

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Lic. Daniel A. Fernández – PSICÓLOGO