La mitomanía es una particular forma que tiene la persona cuando necesita mostrar la realidad que vive como una fantasía, y no tomando contacto con la realidad misma.
Ésta condición de mentir, de engañar que encontramos en el hombre, no es sólo capacidad de la especie humana, no se da sólo como característica propia en el sujeto humano, sino que es común y natural en muchas especies. ¿O no es cierto que conocemos a muchas de ellas por ésta especial característica de “camuflarse”?, escribo este artículo y tengo presente en mi mente una canción del autor Chico Navarro, que dice al caracterizar e inmortalizar en sus versos al camaleón cuando dice “el camaleón nena, el camaleón, cambia de colores según la ocasión. Tu corazón nena, tu corazón, cambia de colores según la estación…”. Es decir el pobre camaleón se hace popular en éste caso, por su característica de cambio de color que le sirve en su vida como medio de engaño, pero esto no al igual que en el humano sino como un mecanismo de protección, es un engaño, es un camuflaje, que le sirve como medio de supervivencia.
"La mentira es un mecanismo de adaptación emocional para eludir la realidad -dice David Pineda, neuropsicólogo de la Universidad de Antioquia-. El sujeto humano la practica para adaptar la realidad a sus creencias. Por economía emocional o cognitiva, omite lo que lo perjudica, y sólo lo acepta si es confrontado". El hombre como especie siente y desde que nace la necesidad de dar una buena impresión, de conquistar al otro, y podemos relacionar éste mecanismo que está tanto en lo cognitivo, como en lo emocional como algo saludable, y que forma parte de la supervivencia del hombre desde que viene al mundo.
Pero hay un punto en la persona, en el hombre, que en el que el mentir se vuelve dañino, se vuelve perjudicial, tanto para sí mismo, como para el mundo que lo rodea; estamos aquí en el momento en que ese mentir, esa conducta se ha transformado en una compulsión, ésta le lleva a veces hasta transgredir límites que lo llevan a delinquir incluso apoyado en esa patología que lo impulsa a disfrazar su realidad, desde lo cognitivo y desde lo emocional.
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Lic. CRISTINA HEINZMANN
Psicóloga Clínica - Hipnólogo Clínico
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martes, 28 de junio de 2011
viernes, 4 de marzo de 2011
La Mitomanía
Es el modo en que una persona siente la necesidad de cambiar la realidad, respondiendo a su fantasía, y generalmente engrandeciéndola.
La persona que es mitómana, en general es alguien que no se siente a gusto con su vida, que necesita por ello cambiarla en su fantasía, modificarla, dibujarla del modo de sentirse satisfecho con ella, y luego miente, miente a todo y a todos respondiendo siempre a su fantasía que es cada vez más creativa y le brinda elementos cada vez mayores producto de la misma.
Si bien en la niñez y fundamentalmente en los primeros años de la niñez, el niño hace funcionar activamente su fantasía, y ésta forma parte del juego, que es a la vez creador e incentivador de su inteligencia; luego al llegar a la primera década de su vida, o 2 o 3 años antes; si en él se nota que la fantasía ocupa mucho de su vida y la manifiesta como un modo de conducta desdibujándola y engrandeciéndola, ya es necesario prestar atención a esto, es decir ya desde unos años antes el papá, la mamá y toda persona mayor que esté cerca de éste niño que manifiesta su fantasía y la muestra como un desdibujar y acrecentar sus experiencias y conductas, cuando las cuenta, nota que esto no forma parte de lo esperado del niño, entonces es necesario que ese, esos adultos hagan modificar al niño ésta conducta haciéndole ver, mostrándole que no es positivo el mentir, y es en la enseñanza de la verdad como valor, y que es lo esperado de él que el niño que ya tienen acentuada su conducta de engrandecer su realidad, pero siendo niño aún, antepone como más importante la enseñanza, el valor, la imagen de si que se le muestra debe tener, y poco a poco va modificando ésta conducta mitómana, para dejarla con el avance del tiempo, y aceptando su realidad como tal, o en su defecto deberan sus mayores buscar la ayuda de un profesional para que ayude a éste niño a dejar de mentir en forma sistemática.
Cuando ésta conducta sigue, estamos muy posiblemente ante un mitómano adulto, por eso es importante discriminar en el niño, cuándo esa fantasía forma parte de un juego y queda en éste, a cuando ya el niño muestra que su conducta mitómana forma parte de todo actitud, y conducta en la cual expresa siempre en forma llamativa su fantasía y su necesidad de engrandecer su realidad.
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La persona que es mitómana, en general es alguien que no se siente a gusto con su vida, que necesita por ello cambiarla en su fantasía, modificarla, dibujarla del modo de sentirse satisfecho con ella, y luego miente, miente a todo y a todos respondiendo siempre a su fantasía que es cada vez más creativa y le brinda elementos cada vez mayores producto de la misma.
Si bien en la niñez y fundamentalmente en los primeros años de la niñez, el niño hace funcionar activamente su fantasía, y ésta forma parte del juego, que es a la vez creador e incentivador de su inteligencia; luego al llegar a la primera década de su vida, o 2 o 3 años antes; si en él se nota que la fantasía ocupa mucho de su vida y la manifiesta como un modo de conducta desdibujándola y engrandeciéndola, ya es necesario prestar atención a esto, es decir ya desde unos años antes el papá, la mamá y toda persona mayor que esté cerca de éste niño que manifiesta su fantasía y la muestra como un desdibujar y acrecentar sus experiencias y conductas, cuando las cuenta, nota que esto no forma parte de lo esperado del niño, entonces es necesario que ese, esos adultos hagan modificar al niño ésta conducta haciéndole ver, mostrándole que no es positivo el mentir, y es en la enseñanza de la verdad como valor, y que es lo esperado de él que el niño que ya tienen acentuada su conducta de engrandecer su realidad, pero siendo niño aún, antepone como más importante la enseñanza, el valor, la imagen de si que se le muestra debe tener, y poco a poco va modificando ésta conducta mitómana, para dejarla con el avance del tiempo, y aceptando su realidad como tal, o en su defecto deberan sus mayores buscar la ayuda de un profesional para que ayude a éste niño a dejar de mentir en forma sistemática.
Cuando ésta conducta sigue, estamos muy posiblemente ante un mitómano adulto, por eso es importante discriminar en el niño, cuándo esa fantasía forma parte de un juego y queda en éste, a cuando ya el niño muestra que su conducta mitómana forma parte de todo actitud, y conducta en la cual expresa siempre en forma llamativa su fantasía y su necesidad de engrandecer su realidad.
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